martes, 22 de mayo de 2012

Impulsos... frenados por la consciencia, sueños... de una noche cualquiera en la que no puedo evitar sonreir al ver tu mirada profunda y sincera, palabras... que se escapan, impulsivas, de mis labios, queriendo chocar directamente con los tuyos, sentimientos... guiados por ilusiones y esperanzas, creados a partir de un futuro inexistente...
Alejandro Palma

martes, 15 de mayo de 2012


Pasaje solitario por calles desiertas ardiendo por tu ausencia, cigarrillos que se desvanecen poco a poco con el viento cálido que sopla desde la estepa, niebla que hace opaco el horizonte, arena con alas que pasea, traviesa, por la ciudad.
Camino sin rumbo hacia un destino desconocido de dudas y suposiciones, un lugar donde la esperanza se convierte en el arma más fuerte mientras que el miedo se convierte en tu peor enemigo. Valor. Valor inexistente. Valor cobarde. Valor vacío. Tu mejor compañía en manos de lo superfluo, lo onírico.
Pasa el tiempo y mi consciencia cavila sobre las cuestiones vitales que atormentan mi presente, preocupado de sobrevivir al día a día.
Me detengo, agotado por la ausencia de sentido y por la eternidad del camino nunca antes andado. Mi cuerpo se derrumba, anclando mis rodillas al asfalto ardiente que estaba bajo mis pies. Una gota de sudor atraviesa mi rostro verticalmente hasta fundirse con los tejidos de mi indumentaria. Miro al cielo y veo la inmensidad del universo ante mis ojos, sorprendiéndome en cada astro fijado arbitrariamente en el manto que constituye el cielo.
Una respuesta, una iluminación, un instante de clarividencia que aclara la tormenta que atravesaba mis pensamientos.
Tiempo. Tiempo... Tantos meses buscando la solución y resulta que es tan simple como eso... Tiempo. El tiempo coloca sabiamente cada cosa en su lugar y provee el camino con las herramientas adecuadas, para lograr los objetivos que él cree oportunos para nuestra vida.
Permanecí sentado contemplando la respuesta que el cielo dibujaba para mí. Saco un cigarrillo y espero... Espero...

Alejandro Palma