martes, 28 de febrero de 2012

En su mano, marchita, yace la rosa que tiempo atrás le había otorgado la vida. Sabía que toda su realidad se desvanecía cual días en el calendario, que el mundo que le rodeaba lo había convertido en la bestia que era en la actualidad.
-El único monstruo de esta sociedad es el ser humano, que con sus ansias de conseguir cada vez más ha corrompido las entrañas de este ser puro que, hace poco, tenía un corazón que palpitaba de amor... Tú me has dejado huérfano de sentimientos, has acabado con la única persona que me hacía sentir cuerdo en este mundo de locos. Con ella te has llevado mis ganas de vivir y mi aprecio por la raza humana... Sois despreciables, ¡Maldigo vuestro mundo!
Dejó caer la rosa a un vacío que separaba su mano del suelo que pisaba. Al caer, un relámpago atravesó la habitación, iluminándo los más oscuros rincones de ésta... Lleno de ira golpeó la pared más cercana, haciendo retumbar la casa entera... Destruído, deja resbalar su cuerpo hacia un destino indeterminado, marchitándose poco a poco lo que quedaba de su existencia...


Alejandro Palma

lunes, 20 de febrero de 2012

Ha pasado tiempo desde que no me observo desde otra perspectiva que no sea la exterior. He vuelto al pasado y he podido observar que mi talento desvanece poco a poco según pasan los años, y cada vez me siento más inútil por ello.
Ahora he vuelto a sentir la chispa de la inspiración y la suave caricia de las musas.
Tus ojos me llenan de luz a la vez que el mundo me sumerge en la más profunda oscuridad. Siento que tu sonrisa es el último resquicio de sensatez en el planeta y que tu interminable seducción desconocida hace con mis sentidos lo que le apetece.
Me siento atado a tu persona como una cometa a quien la maneja, solo que sin la sensación de libertad que ésta disfruta, pues parece que el viento está dispuesto a hacer de mi viaje un torbellino de sensaciones.
Nunca antes había conocido la inocencia en la piel de un hombre... Puede que solo sea el reflejo del niño que encierras en tu interior y que me hace viajar a mundos paralelos en los que tu y yo nos besamos delante de un foco rojo y compartimos un mágico momento...
Alejandro Palma