miércoles, 25 de noviembre de 2009

Fuego... apiádate de mí.

Fuego del tártaro, deja mi corazón marchito, olvida mi existencia y mis penas y abandóname para acabar con mi sufrimiento. Llévate todos mis recuerdos y mis vivencias, mis experiencias más destacadas, mis logros y fracasos y sobre todo, no olvides llevarte mis amores... Esos amores los cuales se te clavan en las entrañas y te hacen sangrar hasta la última gota de sangre, gotas que terminan convirtiéndose en lágrimas que lloran un fracaso, una ruptura, un rechazo... Fuego del Hades, elimina mi dolor y acaba con mi existencia, destroza mi niñez rememorada tras largos años de vida, derrite los glaciares que la vida ha impuesto en mi camino hacia la victoria, acaba con mis enemigos y con mis mejores amigos... Fuego... Déjame solo, pero no olvides alimentar mi mísera existencia con la cólera restante de tus castigos sin sentido, lléname de odio y hazme fuerte y mezquino, cierra todas y cada una de las puertas de mi destino y deja que yo, por mí mismo, encuentre el camino...
Alejandro Palma

No hay comentarios:

Publicar un comentario

personas con algo que decir