miércoles, 26 de agosto de 2009

Falsas apariencias

Cuando una máscara se planta sobre el rostro de una persona y ésta se siente cómoda con su presencia, empieza una batalla de personalidades, una batalla para ver quién gana... Si la máscara, o la verdadera identidad del alma... En una ocasión me topé con una situación parecida... Yo me encontraba al borde del abismo. No sabía ni quién era ni qué hacía allí, sólo sabía que aquel no era mi lugar. Momentos más tarde apareció él y me propuso tapar mi identidad con un antifaz de color claro como la inocencia... Mis pensamientos volaron a otro sitio mientras el desconocido aguardaba la respuesta. No paraban de pasar por mi cabeza recuerdos de antaño con mi amado James... ¿Sería esto, por fin, una solución a todos mis problemas?, ¿Podría acabar aquel antifaz con todos estos años que he pasado sufriendo? Mis ojos escrutaban el horizonte mientras el desconocido aguardaba la respuesta. Segundos mas tardes alcé mi rostro hacia él y le tendí la mano para que colocara el antifaz en ella. Él lo hizo con una cara dominada por el éxtasis del momento. Lentamente puse el antifaz sobre mi morena cara y miré nuevamente al horizonte... Todo seguía igual, yo no me sentía distinto. No había ninguna nueva sensación en mi cuerpo que me diera a entender que todo aquello estaba funcionando... Lo miré con la incertidumbre grabada en mi rostro y él empezó a reirse. Carcajada a carcajada, sentía como se reía de mí. Le pregunté el por qué de sus risas y me respondió casi burlandose que ningún antifaz podría solucionar mis problemas, que todo dependía de mí y de nadie más, y me llamó estúpido por creer que un antifaz podría convertirme en otra persona... Seriamente, me dijo que se había acabado el tiempo de esconderse, que había que salir y decirle al mundo lo que era y que con esfuerzo conseguiría que todos me aceptasen tal y como soy... Lo miré con los ojos abiertos a más no poder y con las lágrimas surcando mis mejillas... Ese hombre al cual no conocía de nada tenía toda la razón del mundo. Me levanté decidido y arranqué el antifaz de mi cara y lo tiré por el acantilado en el que nos encontrabamos. Me giré y con cara amable le di las gracias a aquel desconocido...
Alejandro Palma

1 comentario:

personas con algo que decir